No hay mejor estado que la demencia,
tratando de tocar lo inexistente,
vagando en mundos ausentes
de realidades confusas…
No que da más que un corazón
roto que no sabe de razón,
que no entiende los porque,
solo que se enamoro…
Entre laberintos y estigmas
del pasado, buscando su verdad existencial,
mas a su alcance sola locura del sentimiento
que la condena a la oscuridad y el silencio…
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