lunes, 28 de marzo de 2011

Àngeles y Demonios en guerra

En el confín de la tierra una historia empezó,  una guerra interior  y exterior. Ángeles y demonios  luchaban por almas perdidas en esta oscuridad, almas que solo querían amar  pero terminaron por odiar no existe el amor ni la compasión en el mundo ya se predio. Han llegado de todos lados los guerreros que ayudaran a que este mundo aprenda a ver en la oscuridad, guerreros y guerreras dispuestos están a luchar con el fin de la paz encontrar.

En una lejana cuidad, un Caballero de luz llego, solo con una misión de encontrar la Diosa del caos. La Diosa que por un breve tiempo, oculta estaba en la oscuridad, esta con tanta fuerza ya domino el reino de la oscuridad y el reino de la luz, esta paciente por dominar los corazones que aun pueden amar en este mundo, Caballero fuerte y de corazón puro es el único que la puede detenerla y encadenar de nuevo.
Una noche fría de enero, le caballero llego a una ciudad ya sin esperanza, en su camino encontró una mujer bella como la noche su piel era blanca y suave como terciopelo sus ojos de fuego, su cabello negro y largo como la noche misma y su cuerpo perfecta  silueta; en agonía estaba, de sagrada, por una flecha en su corazón el caballero la encontró y entre sus brazos la tomo, sin saber que ahí empezaba su perdición.

Aquella mujer de ojos de fuego y de bella silueta, era sin dudar la mujer mas bella que el caballero había visto, cegado por la belleza de aquella  mujer, el caballero noble guerrero, calmaba con sus manos la sangre que de la mujer brotaba, como si fuese un manantial, estuvo varios días y noches, curando sus heridas y calmado sus fiebres.
Una mañana contemplándola estaba, cuando de pronto ella abrió sus ojos, el quedo congelado al ver sus ojos de fuego el caballero, no podía creer que a quien había cuidado por días enteros, era la Diosa del caos a quien tenia que regresar, a su prisión.

Sin duda el se quedo sin palabras, sin ella saberlo, el caballero le había echo los mas bellos poemas y versos, que salían de su corazón noble y bueno, el cual le decía que era la mujer que el tanto esperaba. La Diosa solo lo contemplaba, pero ella no podía negar su naturaleza,  pues aunque el amor que el caballero le ofrecía era puro, ella era malvada, su corazón ya estaba inerte a cualquier sentimiento, y aunque corría sangre en sus venas, la maldad habitaba todo su ser. Oscuridad y desastre  era lo único que ella podía ofrecer...
El caballero tenia que tomar la decisión pues ella estaba ya en sus manos no podía defenderse, el con lagrimas en sus ojos, y en sus manos las cadenas que le colocaría, le confesaba el amor que le sentía por ella, ella no dijo palabra alguna solo lo miraba, el caballero no podía creer lo que estaba pasando enviaría a la prisión mas fría y oscura a la mujer que el amaba.

Corazón del caballero por dentro desangraba pues no podría estar con la Diosa del caos su gran amor, cuando el caballero colocaba la ultima cadena, la Diosa rozó con sus dedos la mano del caballero el se estremeció y en ese momento el sabia que no podría estar sin ella pues aunque ella no podía amarlo el estaba dispuesto a estar con ella en el mismo infierno en la oscuridad de su prisión.

El como todo un gran caballero renuncio a la luz y se quedo encadenado a su gran amor en la oscuridad infinita de la noche eterna. Mientras en la tierra la guerra de Ángeles y demonios continuaba…
En la tierra los Ángeles ya estaban perdiendo la batalla, y los guerreros y guerreras cada vez eran menos, sangre y muerte era lo que quedaba en la tierra sangre derramada por recuperar el amor.

En la oscuridad de la prisión  encadenados estaban, la Diosa y el noble caballero entre lamentos y gritos escalofriantes, le caballero recitaba a su amada Diosa, poemas y versos jamás escritos, susurraba cánticos y melodías de amor interminable era tan grade su devoción…

Las fuerzas de caballero se estaban terminado ya eran tres días y tres noches que no bebía ni comía pasaron tres días mas le caballero en su delirios no dejaba de proclamar el amor que por la Diosa sentía, por breves periodos el caballero perdía el sentido, la Diosa inmóvil ningún reflejo, su mirada perdida, el corazón de caballero estaba por detenerse, su ultimo aliento fue un te amo mi Diosa del caos….


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