Me deje llevar por la caída de las hojas muertas
renovando mi alma con una inútil mascara,
no distinguía nada en esa bruma…
Mi alma desnuda palpitaba
queriendo huir de la realidad,
de ese infierno particular.
Mi vida que había paseado
entre caminos de soledad,
cargados de indiferencia,
con amor a ratos,
sueños e ilusiones que deambulaban
por las esquinas de vida…
Que extraño ser; es la felicidad,
tan ausente en mis días,
tanta rabia en mi garganta
y ese sentimiento de escarcha
que me hacía sentirme muy pequeña,
hasta sentir que un día iba a desaparecer.
Subí en lo alto de ese muro,
grite que pronto saldría
de esa sombra triste
que latía en mi interior…….
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