El valle esta desierto.
Desierto de risas, de amor, de dolor.
Ojos que miran sin mirar,
porque ya no son ojos los que ven.
Corazones rotos, llenos de alegría insana,
labios escarchados por el mundo ruedan,
intentando encontrar la palabra adecuada
para definir la nada….
Nada que se desenvuelve en el vació de su alma,
rodando y rodando, en un camino sin fin.
Uñas rotas de tanto trotar, pensamientos vagos,
un infinito, nada más….
El silencio ya no me molesta.
Miro hacia bajo,
y veo un mundo entero,
lleno de secretos, que se extiende ante nosotros.
Ante mí por un instante,
tengo la extraña sensación,
la extraña paranoia,
de que en cualquier momento él me soltara,
y caeré, y caeré…
Me aferro, sin darme cuenta, más.
Este mira hacia adelante,
entonces, me mira de nuevo.
No voy a soltarme.
Confusa, dejo de mirarle.
Y me vuelvo a centrar en el paisaje
Siento una piel caliente junto a mí,
un corazón inquieto.
Mis labios, pétalos inútiles,
intentan preguntar pero…
de ellos no sale ni una palabra.
Al fin, se dirigen la figura que está a mi lado,
sosteniéndome en el aire,
y me encuentro en eso ojos de esmeralda,
que brillan como los rayos de un sol propio en su interior.
¿quién eres? Le pregunto,
con la voz más que entrecortada,
casi llevada por el viento que juega con mi cabello,
en una danza alegre.
Él entrecierra los ojos,
y una sonrisa extraña se dibuja sobre sus rostro.
No lo sé….el silencio los invade.
Él de ojos color hoja secas,
no dice nada más y yo quedo enmudecida,
ahí, en el aire……
Un leve mareo me invade.
Miró hacia arriba, sin comprender.
Un luz me invade desde allí.
Entrecierro los ojos,
sin conseguir ver más allá de ella.
Abro mis labios, para preguntar quién es,
quien anda ahí, que no quiere mostrarse.
Sin saber porque…
alzo la mano, y otra la responde,
aferrándome con fuerza.
Cuando nuestro dedos se encuentran,
el aire se va de mis pulmones no puedo respirar
El brazo me alza en el aire,
y volamos, volamos muy lejos….
¿Por qué? Este sueño tan recurrente…
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