miércoles, 5 de febrero de 2014


Desquicie los silencios
con esa caricia ingenua
derroche un universo de anhelantes sueños
y de inútiles besos en esencia vacíos,
pobres de sabiduría,
de querer atrapar 
en viento con las manos…

Quise gritar con mi voz contraída,
romper las cadenas que mancillaban
el palpitar en cada rima,
que en un llanto se ahogaba 
en cada poro de mi cuerpo…

Ya no veo siluetas sombrías
mi camino es el cálido soplo,
aunque la lluvia humedece mis sentimientos;
y los ecos de mis vestigios
se borren de todo ideología.

Cristalizare de ilusiones
estos mis capullos de un jardín 
quizás un tiempo olvidado…

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